La evolución de los mercados financieros entre finales de noviembre de 2015 y principios de enero de este año ha estado condicionada, principalmente, por las decisiones de política monetaria en Estados Unidos y en la zona euro, así como por el descenso de los precios del petróleo, las tensiones geopolíticas y la incertidumbre asociada a la desaceleración de la economía china, donde los índices bursátiles registraron notables descensos, especialmente durante la primera semana de enero. Como resultado, las rentabilidades de la deuda pública europea aumentaron, los principales índices bursátiles registraron fuertes descensos y la cotización del euro frente al dólar repuntó.

El Banco Central Europeo (BCE), en la reunión del 21 de enero de su Consejo de Gobierno, anticipó una posible ampliación adicional de su programa de compra de activos (QE) en marzo, provocando una reducción de las rentabilidades de la deuda pública europea y un repunte de los índices bursátiles que compensó parcialmente las fuertes caídas acumuladas. Se resaltaron las presiones a la baja en la inflación, principalmente por la caída de los precios del petróleo, por lo que será necesario revisar y, posiblemente, reconsiderar, el grado de acomodación de la política monetaria en la próxima reunión de marzo, cuando estén disponibles las nuevas previsiones macroeconómicas, para garantizar el retorno de la inflación a niveles próximos al objetivo de medio plazo.

Según los datos de financiación a los sectores no financieros residentes en España, la financiación al sector privado no financiero redujo una décima el ritmo de caída en noviembre, hasta el 1,7% interanual. Este comportamiento se explica por la evolución de la financiación recibida por las familias, que registró una tasa interanual del -2,1%, tres décimas superior a la del mes previo, debido al menor descenso de los préstamos destinados a vivienda y a la aceleración de los otros préstamos bancarios. Por su parte, la financiación recibida por las empresas intensificó una décima el ritmo de descenso, hasta el 1,4%, debido al mayor retroceso de los préstamos bancarios.

El importe de las nuevas operaciones de préstamos y créditos a hogares aumentó en el periodo enero-noviembre de 2015 un 25,8% interanual, frente al incremento del 17,3% registrado en el mismo periodo del año anterior. Esta aceleración se explica por el mayor avance de los créditos destinados a vivienda  y a otros fines, parcialmente compensados por la ligera desaceleración de los créditos al consumo. El importe de las nuevas operaciones de préstamos y créditos a pymes aumentó hasta noviembre de 2015 un 13,7% interanual, avance 5,6 puntos superior al anotado en el mismo periodo de 2014. Por su parte, el importe de las nuevas operaciones de préstamos y créditos superiores a un millón de euros también aumentó con fuerza, registrando una tasa interanual del 14%.

La volatilidad reciente de los mercados financieros asociados a la evolución de los países emergentes y el precio de las materias primas y su impacto sobre la demanda y el comercio internacional, así como el factor de inestabilidad derivado de los resultados de las elecciones generales del 20 de diciembre han tenido un reflejo sobre la confianza de las empresas, en particular sobre las de menor tamaño. En este sentido, El Indicador de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) publicado por el INE disminuyó un 1,3% en el primer trimestre de 2016 con respecto al trimestre anterior, condicionado por un empeoramiento del saldo de las opiniones empresariales acerca de las expectativas de negocio en el trimestre que comienza, situándose dicho saldo en el -6,5%. Este impacto se ha traducido en una percepción de la interrupción en el proceso de mejora que estas empresas estaban vislumbrando sobre la evolución futura de sus actividades.

Por todo ello, reiteramos la urgencia de recuperar un marco de estabilidad y reforzar la certidumbre en el actual escenario político como factores fundamentales para que las pymes españolas mejoren sus expectativas y continúen perseverando en su transformación digital y expansión en los mercados exteriores y, de esta forma, mantener nuestros actuales niveles de crecimiento económico y del empleo.