La estadística de FRONTUR, hasta septiembre del 2015 realizada por el Instituto de Estudios Turísticos (Turespaña) cuyo objetivo es la cuantificación y caracterización de los flujos de entrada de visitantes por las fronteras españolas, desde octubre del pasado año es elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que ha producido algunos cambios en la estimación de turistas. Según éstas, el número de turistas extranjeros que visitaron las islas durante el tercer trimestre del año 2016 ha aumentado en unas 450.000 personas respecto al mismo periodo del año anterior, experimentando un crecimiento interanual del 13,5%. El gasto de los turistas extranjeros en Canarias en el tercer trimestre de 2016 ascendió a 3.846 millones de euros, un 15,3% más que en el mismo periodo del año anterior.
En el tercer trimestre del año 2016, el turismo siguió siendo el principal motor del crecimiento de la economía canaria, y desde CEOE-Tenerife, prevemos que continúe, en gran parte por la inseguridad en los mercados turísticos competidores, la cual está provocando un sustancial incremento de recepción de turistas tanto nacionales como internacionales. Así cabe esperar un crecimiento del turismo extranjero del 3% y del turismo nacional en un 10%, y ello pese a que nuestro principal mercado, el británico, comenzará a perder fuerza a partir de la campaña de verano por la devaluación de la libra generada por el Brexit, y su completo traslado a los precios, que hasta ahora ha sido leve y parcial.
La relevancia económica de la actividad turística para Canarias, es incuestionable, por ello, consideramos debemos trabajar en aras de incrementar la competitividad del sector turístico por lo que se debe apostar por la correcta estructuración de la oferta del destino, la mejora continua del producto y el desarrollo de una adecuada estrategia de promoción exterior.
La situación actual exige un esfuerzo de cualificación y mejora del destino, compartido por parte de todos los agentes implicados, tanto públicos como privados.
Además, es preciso impulsar una revisión de la normativa, fragmentada y dispersa, de licencias, medioambiental (ruido, envases,…), seguridad (aperturas, actividad, accesos,…), propiedad intelectual, etc., a fin de lograr su simplificación que elimine abusos e inseguridad jurídica, ya que la legislación aplicable al sector ha crecido de manera exponencial en los últimos años dando lugar a un elevado número de normas, atendidos los múltiples estamentos públicos con competencias en el sector.
Por otro lado, se torna fundamental controlar la competencia desleal que suponen fórmulas de servicios turísticos no regulados en condiciones equitativas al resto de prestadores reglados de servicios equiparables.
También hacer una apuesta decidida por la diversidad de formatos turísticos, más allá del turismo de “sol y playa” como puede ser el Turismo social y educativo o el Turismo de salud, potenciando, entre otros, las campañas de promoción turística y formación técnico-profesional del turismo.
Asimismo, como sector motriz de la economía, el sector turístico reclama una mayor diversificación en la obtención de financiación, como ampliar las dotaciones y abrir más líneas ICO para la financiación de empresas turísticas.