En el año 2005 se alcanzó el pico más alto en tierra productiva de las dos últimas décadas. Desde entonces, el campo ha ido perdiendo superficie y empleos en una comunidad que se ha ido haciendo cada vez más dependiente del sector servicios (terciarización) y que ostenta una de las presiones demográficas más altas de España. Es decir, cada vez hay menos campo y más gente en Canarias.
La presidente de los agricultores y ganaderos de Canarias (ASAGA), Ángeles Delgado, comentaba no hace mucho en el foro «Retos y oportunidades del sector agropecuario en Canarias» de el periódico El Día que en las islas hacemos agricultura heroica. Los problemas para acceder al suministro de agua, el predominio de pequeñas explotaciones familiares o gestionadas por autónomos, las tierras vendidas para darles usos no agrícolas, la falta de relevo generacional, los mayores costes de producción por la lejanía del Archipiélago y la competencia desleal de otros países provocada algunas veces por la propia normativa europea son algunas de las causas por las que la agricultura ha ido perdiendo peso en la generación de riqueza.
Pero la agricultura canaria también tiene fortalezas y oportunidades. La climatología hace posible la producción de productos subtropicales y, junto a nuestro suelo, da lugar a calidades y sabores únicos. La frescura que dan los productos cercanos (km.0) puede ser un valor añadido para la boyante gastronomía local. La cercanía de África abre la oportunidad de vender en nuevos mercados…
Lograr que la agricultura recupere superficie y producción depende de muchos condicionantes. La unión de agricultores para concentrar la oferta, la profesionalización y el mantenimiento de las ayudas son herramientas esenciales para hacer que nuestro campo gane peso en la economía regional.
Más datos en el informe “La Economía canaria en gráficos” @CEOE TENERIFE @CaixaBank
https://ceoe-tenerife.com/wp-content/uploads/2019/04/2018-la-economia-canaria-en-graficos.pdf