pedrLas políticas expansivas del BCE han traído consigo mejores condiciones de financiación, pero estas condiciones se han visto sensiblemente reforzadas en el caso de España como consecuencia de que se hayan disipado las dudas sobre el crecimiento de nuestra economía y sobre la reducción significativa del endeudamiento privado y la estabilidad y sostenibilidad
de la deuda pública. Todos estos factores han favorecido esta mejora del acceso de las empresas a la financiación tanto a través del canal crediticio como en los mercados de capitales.

Cabría esperar que esta evolución más reciente, que se ha visto apoyada por la mejoría de las condiciones económicas y por la liquidez facilitada por el BCE, tuviera continuidad durante los próximos meses, si bien se mantiene aún condicionada por el todavía elevado endeudamiento del sector empresarial.

El nivel de apalancamiento de las pymes sigue siendo muy elevado en relación con los niveles de endeudamiento que presentan las empresas de nuestros principales socios competidores. Igualmente, este nivel es muy elevado si se le compara con el ratio de apalancamiento que han presentado históricamente las compañías. Esta debilidad se acentúa en el tramo de las empresas de menor dimensión.

Con respecto a la reciente evolución de la financiación bancaria, las medidas de política monetaria, la mejora de las expectativas de crecimiento, el saneamiento de los balances bancarios y la disminución del montante de créditos dudosos han contribuido decisivamente a que se expanda el crédito de nueva concesión a las empresas en 2015.

Según el Banco de España, en el período comprendido entre abril de 2014 y junio de 2015 la financiación a las empresas grandes suponía, en promedio, en torno al 40% del total de préstamos destinados a las actividades productivas, porcentaje muy superior al correspondiente a las compañías medianas (22%) y al de las empresas pequeñas, microempresas y empresarios individuales (14%, 15% y 8%, respectivamente).

Se ha de destacar que la economía española presentaba antes de las crisis una necesidades de financiación a través de nuevas operaciones de crédito de 730.000 M€ para las actividades productivas, estando actualmente este importe en el entorno a los 360.000 M€. El impacto de la competencia en precios de las entidades bancarias, a través de mejores condiciones de financiación, está permitido un descenso notable en la carga financiera del crédito para las empresas y, en particular, para las de menor dimensión. En este sentido, el tipo medio del nuevo crédito concedido a este tipo de empresas para el conjunto de entidades de depósito se situó en abril de 2015 en el 3,6%, lo que supone una caída de 31 puntos básicos (pb) desde el cierre de 2014 y de 131 pb desde diciembre de 2013. Por su parte, en términos relativos y, con respecto a los países de nuestro entorno, se ha reducido de casi 200 puntos básicos a 50 puntos básicos el diferencial de tipos de interés de las empresas de menor dimensión españolas con respecto a las de la UE.