El DESI; Índice de Economía y Sociedad Digital es un índice compuesto elaborado anualmente por la Comisión Europea que resume indicadores relevantes en cuanto al desarrollo digital de cada uno de los Estados miembros de la UE.
Se basa principalmente en datos recogidos por los servicios de la CE (DG CNECT, Eurostat) y se publica desde 2014 en forma de una puntuación entre 0 y 1 para cada Estado. El índice se calcula como la resultante de la puntuación obtenida en 5 ejes principales: Conectividad, lo extendida, rápida y asequible que es la banda ancha (fija o móvil); Capital humano, competencias digitales de la población en general y de los profesionales de la tecnología; Uso de internet, grado de utilización de los servicios online (comunicaciones de audio y vídeo, descarga de contenidos, redes sociales, banca electrónica, compras online, etc.); Integración de la tecnología digital, grado en que las empresas integran las tecnologías digitales como factura electrónica, comercio electrónico, servicios en la nube, etc. Y Servicios Públicos Digitales, grado de digitalización de los servicios que las Administraciones Públicas ofrecen a los ciudadanos.
Si analizamos la posición de España en el conjunto de Estados, vemos que progresa del puesto 17 en el DESI 2015 al puesto 15 en el DESI 2016. Pero este progreso en realidad se debe más a un cambio metodológico introducido en los cálculos del DESI en 2016 que a una mejora real de nuestra situación. Antes de este cambio metodológico, España aparecía en el DESI 2015 en el puesto 12 (con la misma puntuación de 0,49) y por delante de la media europea (que estaba en 0,48). Una vez dicho esto y realizando una comparación según la nueva metodología, vemos que a lo largo del pasado año España ha mejorado o mantenido sus resultados en todos los ámbitos examinados por el DESI. En particular, es el cuarto país que más ha crecido.
España está mejorando sus resultados en materia de conectividad gracias al despliegue de las redes rápidas de banda ancha (el 77 % de los hogares dispone de acceso a banda ancha de alta velocidad), aunque con diferencias entre las regiones. En general, España presenta debilidades como el bajo nivel de competencia digital (solo un 54 % de españoles posee competencias digitales básicas) y uso de internet, pero fortalezas en el Integración de Tecnología Digital (uso de la identificación por radiofrecuencia o de los servicios en nube por parte de las pymes) y en Servicios Públicos Digitales (este es el ámbito en el que España destaca más notablemente).
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