Las pymes son la estructura fundamental de nuestra actividad productiva. Cualquier análisis de la estructura y demografía empresarial así lo avala. De acuerdo al Directorio Central de Empresas (DIRCE) a 1 de enero de 2016, el número de empresas activas en Canarias creció un 2,3% hasta situarse en los 135.909, representando además el 4,2% de las empresas cifradas a nivel nacional.

Canarias es, como el resto de territorio nacional, una región en la que predominan las pymes, en particular de micropymes. Del total de las empresas en Canarias, el 99,9% tienen menos de 200 trabajadores. El 55,6% no tienen asalariados, es decir, aproximadamente 75.583 empresas de menor dimensión son empresarios individuales. Del resto de empresas con asalariados (60.326) el 90,3% tienen menos de 10 empleados.

Por ello resulta esencial que las pymes puedan materializar las oportunidades que brinda el nuevo escenario de crecimiento que hemos observado en el último año y para ello, es necesario implantar medidas que favorezcan este proceso.

En concreto, y aunque se han mejorado las condiciones de financiación en los últimos años, nuestro tejido empresarial, altamente dependiente del crédito bancario, continúa haciendo frente a la restricción del mismo y a unos elevados costes de financiación.

Por lo tanto, es necesario asegurar una adecuada provisión de instrumentos financieros destinados a la financiación, a implantar mecanismos financieros para las mejoras en las empresas, y a promover acciones integradas de instrumentos financieros y medidas de acompañamiento.

Asimismo, es necesario facilitar e impulsar la contratación por parte de las pymes avanzando en la simplificación y racionalización de modelos de contratación sin que esto suponga penalizar cualquiera de las modalidades legales de contratación.

Situar a la educación y a la formación como una prioridad y promover una mejora en la calidad de los sistemas educativos y formativos y su relación con el empleo. Las cualificaciones profesionales en la actualidad no se adaptan de forma ágil a las demandas de un mercado laboral, que se desarrolla dentro de de un contexto económico y social, cada vez más dinámico y complejo. Por ello, es preciso dotar de mayor flexibilidad al procedimiento establecido para el diseño y actualización de las cualificaciones profesionales, para alcanzar las cotas deseadas de eficiencia.

Por otra parte, se debe facilitar el acceso a mercados exteriores de las pymes canarias en igualdad de condiciones que otros competidores e incrementar el esfuerzo presupuestario en el ámbito del apoyo a la internacionalización de las pymes, coordinando mejor la promoción internacional y los mecanismos de financiación existentes, así como mejorando la eficiencia de los mismos.

Resulta esencial introducir, además, un marco fiscal que incentive la actividad de las pymes, en este sentido, el Gobierno de Canarias ya se ha comprometido a acometer una reforma de los tributos rebajándolos para el año 2018, siendo éste un aspecto esencial ya que una reducción de las cargas fiscales que soportan las empresas supone un importante catalizador de la actividad económica.

Por último, y entre otras, se deben implantar medidas encaminadas a reducir las cargas administrativas que soportan las pymes en el desempeño de su actividad y mejorar la regulación que afecta al suelo posibilitando el desarrollo de más proyectos de inversión en el archipiélago.