¿Cuál es su análisis -a modo de resumen- del tráfico que se ha generado en el puerto de Santa Cruz a lo largo de este año?

El análisis es que el Puerto de Tenerife presenta  incrementos constantes en los últimos dos años tanto en el tráfico de pasajeros, vehículos, mercancías como en el número de contenedores.

Estas mejoras han sido fruto de una labor de búsqueda de eficiencia, basada en una buena gestión y mejorando de manera importante la productividad de instalaciones existentes.

¿Qué cuestiones habría que mejorar de cara al futuro?

Existe una cuestión prioritaria y es la necesidad de desburocratizar, agilizar los servicios internos y fomento de una mayor eficiencia, así como fomentar la participación público-privada.

¿Cómo cree que se puede notar la mano (no sé si ya se percibe algún cambio) de Ricardo Melchior al frente de la Autoridad Portuaria?

El nombramiento de Ricardo Melchior como nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, fue recibido con satisfacción por parte de la Confederación, al ser una persona de reconocida competencia profesional e idoneidad para el puesto.

Y en este casi año ya de presidencia, lo ha demostrado, que junto con su equipo, donde destaca el Director, José Rafael Díaz,  han llevado a cabo una importante labor, que la podemos ver tanto en los incrementos de los diferentes tráficos, incluso en el de avituallamiento, el cual llevaba mucho tiempo presentado cifras negativas, como en los nuevos servicios, destacando en este último caso los servicios de reparación de Plataformas petrolíferas.

¿Cuáles son los puntos débiles del puerto?

Excesiva burocracia y legislación.

Espacio limitado con necesidad de reordenar los usos que actualmente se encuentran entremezclados, así como la falta de nuevas y mejores infraestructuras.

Necesidad de contar con un Puerto operativo los 365 días del año las 24 horas, en caso de demanda.

Falta de un centro de inspección bien dimensionado.

Falta de un Plan de calidad y seguimiento tanto para las empresas nuevas como consolidadas en todos los servicios.

¿A qué sectores se tendría que abrir la actividad portuaria?

La actividad portuaria tendría que ser tal que convirtiera a nuestros puertos en verdaderos motores económicos capaces de competir eficazmente con grandes puertos europeos en cuanto a captación de tráficos, tanto cautivos como en tránsito.

¿Podría enumerar las principales demandas de los empresarios?

Impulsar la simplificación administrativa, la reducción de trabas y costes, así como fomentar la pro actividad de la Autoridad Portuaria.

Incrementar y mejorar las infraestructuras

Coordinación entre todas las administraciones involucradas en la actividad del Puerto.

¿Cómo puede modificar el actual «mapa económico» portuario la puesta en marcha del Puerto de Granadilla? ¿Y para Canarias?

La puesta en  funcionamiento de una nueva infraestructura como es el caso del Puerto de Granadilla, contribuiría al despeje de la Autoridad portuaria, al actuar como puerto complementario al de Santa Cruz, y al éste contar con falta de espacio, se podría expandir exponencialmente si el Puerto de Granadilla se desarrollara con un tamaño suficiente que vaya más allá de las infraestructuras proyectadas a día de hoy.

El puerto de granadilla con su regasificadora puede llegar a convertirse en el Puerto de Canarias.

¿Qué demandas lidera la CEOE en la estrategia de subvenciones al transporte de mercancías?

Las subvenciones al transporte de mercancías en un territorio como el nuestro alejado y fragmentado son vitales para paliar los sobrecostes que soportan el tejido empresarial de nuestro archipiélago, estando respaldadas en el ámbito comunitario.

La idea que subyace de estas ayudas es permitir que las empresas canarias puedan competir en igualdad de condiciones con el resto de empresas del territorio nacional, haciendo además, posible alcanzar la continuidad del mercado único comunitario.

Sin embargo, estas ayudas, actualmente no cubren los verdaderos costes de la insularidad, por lo que consideramos necesario profundizar en los conceptos incluidos en el cálculo de los mismos y además trabajar  en la compensación efectiva de los sobrecostes por trasbordos a las islas no capitalinas, lo que conocemos como la doble insularidad.