La semana pasada CEOE-Tenerife presentó su informe de coyuntura correspondiente al tercer trimestre de 2016, en el que recogíamos para este año un mejor comportamiento del PIB que el registrado en 2015, ascendiendo al 3,4% en nuestra región, por la favorable evolución del turismo, y pese al agotamiento de las principales medidas de estímulo externo adoptadas.
En cuanto al empleo, éste, en el cuarto trimestre verá acelerado su crecimiento creándose aproximadamente 25.000 nuevos empleos, debido al inicio de la temporada alta turística y una campaña comercial de Navidad que se prevé muy buena. Lo que supondrá que, a final de año la creación neta de empleo sea de 27.000 (3,3%) respecto a finales de 2015, hasta alcanzar los 840.000 ocupados según la Encuesta de Población Activa (EPA).
Dado que la población activa se mantendrá estabilizada en los mismos niveles de 2015, toda esa creación de empleo se trasladará a la reducción en el número de desempleados, lo que reducirá la tasa de paro en 2,44 p.p., hasta el 24,3% de la población activa.
Por su parte, para el año 2017 se prevé una desaceleración de la economía de nuestro archipiélago cuyo crecimiento del PIB se reducirá hasta el 2,6%. En cuanto al empleo, a lo largo del año el número de ocupados aumentará en 20.000 personas, de acuerdo con la EPA.
Aunque en 2017, se mantendrá el impulso positivo del turismo, éste que ha aportado casi 4 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de Canarias durante 2016, en 2017 ese impacto positivo apenas alcanzará 1,5 puntos porcentuales, con la consiguiente desaceleración del crecimiento económico.
Por otro lado, la existencia de un presupuesto expansivo para Canarias en 2017, así como el impulso a la inversión generado por el Fondo para el Desarrollo de Canarias (FDCAN), y la liberación de recursos para la inversión del Gobierno del Estado, posibilitado por la reciente formación de un nuevo Gobierno en España, impulsarán la economía por el lado de la demanda, por un impulso del gasto e inversión pública.
Sin embargo, el previsible incremento del proteccionismo que provocará el gobierno de Trump en Estados Unidos, así como el incremento del nacionalismo y/o populismo en Europa, afectará negativamente al comercio, provocando una reducción del comercio internacional y, por ende, del crecimiento que impactará de forma negativa en el archipiélago.
La incertidumbre para el año 2017 alcanzará sus mayores cotas desde la crisis del euro de 2011-2012, pues a la imprevisibilidad de la política económica de la primera economía mundial se unirá la solicitud del Reino Unido del abandono de la Unión Europea.
Por último, en nuestro archipiélago la Ley del Suelo, que no resolverá todos los problemas de ordenación del territorio en Canarias, verá retrasada su entrada en vigor hasta mediados como mínimo de 2017.
Por todo lo anterior, a corto y medio plazo el futuro económico de nuestro archipiélago deberá seguir descansando en la excelente coyuntura turística, y al mismo tiempo debemos seguir intentando desarrollar mientras tanto otros sectores económicos que no dependan del uso del territorio, como el cine, las reparaciones navales, la sociedad de la información, etc.
Ya que, mientras no cambie nuestra legislación territorial no cabe esperar nuevas inversiones de importancia en ningún sector que depende de ella.
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