La Comisión Europea ha publicado recientemente la tercera edición del índice de competitividad regional, un estudio que abarca 263 regiones de la Unión donde se valora la capacidad de cada región para ofrecer un entorno atractivo y sostenible para que las empresas y los ciudadanos se establezcan y trabajen en ella.
En general, los resultados de 2016 están en consonancia con los de 2013 y se observa, de nuevo, un patrón en el que las capitales y las áreas metropolitanas actúan como los principales motores de la competitividad.
El índice de competitividad regional (RCI) se compone de once pilares que describen los distintos aspectos de la competitividad. Por medio de estos pilares, el índice evalúa los puntos fuertes y débiles de cada región.
Se clasifican en tres grupos: el grupo básico, el grupo de la eficiencia y el grupo de la innovación. El grupo básico consta de cinco pilares: 1) instituciones; 2) estabilidad macroeconómica; 3) infraestructuras; 4) sanidad, y 5) educación básica.
Los factores relacionados con una mano de obra más cualificada y un mercado laboral más eficiente se sitúan dentro del grupo de la eficiencia, que se compone de tres pilares: 6) educación superior, formación y aprendizaje permanente; 7) eficiencia del mercado laboral, y 8) tamaño del mercado. Por último los impulsores del progreso forman parte del grupo de la innovación, que consta de tres pilares: 9) preparación tecnológica; 10) sofisticación empresarial, e 11) innovación.
El RCI, permite además supervisar y valorar la evolución de las regiones en el tiempo. En comparación con las dos ediciones anteriores, publicadas en 2010 y 2013, España, ha registrado puntuaciones bastante estables.
En concreto tomando como referencia el 2010, año en el que la Comisión publicó por primera vez este índice, en la mayoría de comunidades españolas entre las que se encuentra Canarias, la competitividad se ha mantenido estable pese a la crisis. Sólo han ganado posiciones Ceuta y Melilla. Por su parte, además de Cataluña, han retrocedido Valencia, Murcia y Andalucía.
En cuanto al RCI del año 2016, la Comunidad Autónoma española más competitiva es Madrid, y junto con el País Vasco son las dos únicas regiones españolas situadas por encima de la media europea en el Índice. Canarias se sitúa en penúltimo lugar de las regiones españolas estableciéndose en el ranking de regiones en el puesto 217 de 263, con una puntuación de 27,1 sobre 100.
Si tomamos el grupo básico, el archipiélago se sitúa, con una puntuación de 53,5 sobre 100, en el puesto número 172. Sin embargo, debemos destacar el mal dato en infraestructuras donde la puntuación es de 12,61 sobre 100, colocándonos el puesto 209.
Si observamos el grupo de eficiencia, el Archipiélago se encuentra en el puesto 232, ya que la puntuación de los pilares que lo componen asciende a 35,9 sobre 100, resaltando el bajo resultado en eficiencia del mercado laboral, y tamaño del mercado, con puntaciones del 27,1 y 12,4 sobre 100, respectivamente.
Por último, el grupo de la innovación, que consta de tres pilares, preparación tecnológica, sofisticación empresarial, e innovación, cuenta con una puntuación 29,9 sobre 100, que la sitúa en el número 201 de las 263 regiones que se recogen en el índice. El peor dato lo registra, innovación, con un 11,5 sobre 100, situando a Canarias en el puesto 244 de 263.
Las demandas empresariales de esta Confederación, guardan total sintonía con la necesidad de avanzar en los diferentes campos, como innovación, infraestructuras, un mercado de trabajo adaptado a la nueva realidad económica… para incrementar los índices de competitividad de nuestra región. Un Archipiélago que debe, converger con las regiones más dinámicas de la Unión Europea.