El análisis de la evolución de la población en Canarias hasta 2008 muestra como ésta, crecía a una tasa media del 2,6%, mientras que entre 2009 y 2015 lo hizo a un 0,9%. Ahora bien, en cuanto a la población proyectada (según el INE) ésta no decrece en el largo plazo, como sucede en las proyecciones a nivel nacional, debido al impulso en el crecimiento de la población por la migración exterior y del crecimiento vegetativo. En este último caso, hay que resaltar que a partir del 2017 se producirán más defunciones que nacimientos en Canarias.
Por lo tanto, la pirámide poblacional tiende a adoptar la forma de triángulo invertido, signo propio de una población envejecida. El número de personas menores de 50 años se reducirá en un 19%, mientras que la población mayor de 50 aumentará un 45% en 2030.
El envejecimiento de la población canaria se traslada al envejecimiento de la población activa, lo que redundará en una reducción de la presión de la población en edad de trabajar sobre el mercado laboral. Sin embargo, el proceso de envejecimiento al que se somete la población activa canaria, hará que en el futuro la relación entre el número de trabajadores que existe por cada pensionista se reduzca cada vez más.
Con lo anterior, se estima que en el corto plazo (2017) habrá cerca de 300.000 parados en Canarias, por lo que la tasa de paro que se prevé se sitúe en el 26,9%. Ahora bien, en el largo plazo (2025) el número de parados serán 200.000, con una tasa de paro del 20% y en el 2030, ésta se situará alrededor del 15%. Mientras que en España se alcanzará una tasa de paro del 7,5% entre el 2023 y 2025, debido a que Canarias cuenta con una población más joven que la media nacional, por lo tanto el envejecimiento de la población no impacta tanto como en el resto de España.
Los desafíos futuros a los que se habrá de enfrentar la economía canaria como consecuencia del envejecimiento de la población serán, el crecimiento potencial de la economía, la sostenibilidad del sistema de pensiones, los hábitos de consumo y de ahorro y las necesidades sociales y sanitarias.
Por lo tanto, el ritmo de crecimiento de la economía y en consecuencia del empleo, deberá ser superior al estimado, pero para que sea posible es necesario eliminar los obstáculos a nuevas actividades productivas y que permitan incrementar la productividad del tejido empresarial existente.
En definitiva, la reducción del ritmo de crecimiento de la población y su envejecimiento dan lugar a una reducción de la población activa. Al haber menos personas en edad de trabajar y cada vez más personas de avanzada edad, se genera un problema que gira en torno a la sostenibilidad del sistema de pensiones y al incremento del coste social y sanitario.
Por todo ello, debe abrirse un debate sobre las posibles soluciones para la mejora de la sostenibilidad del sistema de pensiones español, así como sobre el impacto económico que el envejecimiento de la población va a tener, no solo sobre las pensiones, sino también sobre el sistema sanitario, asistencial y educativo.
Informe: El envejecimiento de la población y sus efectos sobre el mercado laboral canario
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